Para el economista argentino Bernardo Kliksberg, la riqueza premia a aquellas sociedades equitativas, con un fuerte compromiso social y sólidos valores morales.
- ¿Qué determina que una sociedad sea mejor que otra?
- Para determinarlo se usan hoy una serie de indicadores que reflejan el conjunto de expresiones de una sociedad, como el Indice de Desarrollo Humano que elabora la ONU, que relevan desde los índices de mortalidad infantil, hasta los grados de libertad y desarrollo de una cultura. En ese conjunto de planos hay sociedades que encabezan las tablas: Noruega (que, por ejemplo, eliminó la corrupción aun careciendo casi de leyes específicas), Finlandia (que tiene la menor tasa de presos y la menor cantidad de policías de Europa), Suecia (que ha eliminado la discriminación de género), Islandia y Canadá. La pregunta es cómo lo han logrado.
-¿Y su respuesta cuál es?
- Son culturas que rechazan las desigualdades. Su secreto es preocuparse por los seres humanos y han hecho de ellos su prioridad
- Podría argumentarse que pueden priorizarlos porque son ricas.
- Pero han hecho grandes inversiones en educación y salud antes de ser ricas. Es por eso, justamente, que son ricas. Además son sociedades que tienen un proyecto compartido por todos sus integrantes que se resume en: crecimiento con equidad, que significa brindar las mismas posibilidades a todos. Los finlandeses, que suelen decir 'Estamos todos en el mismo bote', hace 35 años eran una sociedad rural, con escasos recursos naturales, pero invirtieron muy fuerte en educación y refundaron el país en poco tiempo. En un informe reciente en el 'Washington Post' se los señala como ejemplo para los EE.UU. porque es una sociedad que ha logrado eliminar los 'accidentes de nacimiento' (es decir las diferencias de posibilidades de los seres humanos según su origen social) y han reducido al mínimo las 'fuentes de ansiedad', lo que significa que las personas están tranquilas porque saben que tienen derecho a que la sociedad las ayude.
- ¿Cómo hicieron estas sociedades para ser lo que son?
- Son sociedades que cultivan sistemáticamente los valores éticos a nivel nacional, social, familiar y personal. Son muy exigentes con la moral de sus dirigentes, con la responsabilidad social de sus empresarios y con las contribuciones que tiene que hacer la sociedad civil a través de voluntariados. Ese código de ética no llueve, se construye a diario. Como contraejemplo tenemos el de la República de Weimar (1919-1933), en Alemania, donde florecieron las libertades civiles, la cultura y las artes, pero que terminó degradándose al punto de dar paso al nazismo
- ¿Cómo pueden construirse estos modelos, tan alejados del nuestro?
- Son sólo modelos de referencia. Cuanto más participen los ciudadanos, la representación será más genuina y las políticas públicas se ocuparán de los problemas de la gente. Yo soy muy optimista porque en las bases de las sociedades de Latinoamérica hay un fuerte reclamo de ética y un compromiso solidario con los que menos tienen.
- Lo que se ve de nuestras sociedades tiende a desmentir su optimismo..
- Lo que yo señalo es que esta sed de ética actual no es casualidad. Está en los valores en los que fueron educados los latinoamericanos: los de las gestas libertarias, los de la cultura judeocristiana (siempre repito que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento son tratados de política social porque Moisés y Jesús hablan del valor sagrado de la vida, de la paz y de la necesidad de construir un mundo justo) y los de las civilizaciones indígenas con su respeto por la familia, la naturaleza y los ancianos. Estos antecedentes culturales movilizados, por un reclamo ético y una fuerza democratizadora son las bases de mi optimismo. Pero mi optimismo no es pasivo: no cree que haya que sentarse a esperar que las cosas pasen. Creo que cada uno debería asumir sus responsabilidades éticas
- ¿De qué manera?
- En primer lugar hay que ser una buena persona. Y ser una buena persona significa mucho más que pagar los impuestos, cumplir las leyes y respetar las señales de tránsito. Es todo eso, más hacerse responsable por el otro y por la sociedad, participar de la vida colectiva de la manera que cada uno sienta que se expresa mejor, construir buenas familias y responsabilizarse por las políticas públicas de los gobiernos
- ¿Por qué insiste en vincular la ética con el desarrollo?
- Hoy sabemos que cuanta más desigualdad, más pobreza, menos consumidores y menor potencial productivo de la población, etcétera, todos factores que impiden el desarrollo económico de un país. La desigualdad y la pobreza son problemas económicos concretos, pero -al mismo tiempo- no debemos olvidar que son problemas éticos. No estamos hablando de engranajes de una nave espacial, estamos hablando del sufrimiento de la gente
- ¿Por qué dice que el 'capital social' revitaliza el pensamiento económico?
- El pensamiento económico tradicional sólo ve los factores infraestructurales y financieros del desarrollo. Las visiones tradicionales, puramente economicistas, como el Producto Bruto per cápita para medir la calidad de vida de una sociedad, son insuficientes. Se ha aprendido, muy duramente, que la economía es mucho más que eso: los valores de la gente, las actitudes, las percepciones, los niveles culturales... Todo influye en la economía
- ¿Pero en qué consiste?
- Este 'capital social' tiene cuatro dimensiones. Primero es el nivel de 'confianza' entre las personas: si es bajo, la sociedad estará preocupada por prevenir las trampas de unos contra otros. La segunda característica es la 'asociatividad', es decir, la capacidad de hacer cosas juntos. Desde organizarse los vecinos, pasando por todo tipo de cooperación, hasta la capacidad de diseñar un gran proyecto nacional. La tercera es el 'civismo': el grado de participación pública y de preocupación por lo que es colectivo: desde cuidar la naturaleza, las bibliotecas, los museos y los transportes, hasta pagar los impuestos y participar de toda forma de organización. Y por último, la cuarta expresión del capital social son los 'valores éticos'
- ¿Cómo se obtiene capital social?
- Se construye. No estamos hablando de ficciones: hay varios ejemplos de cómo el capital social, junto con el capital humano y junto con las variables económicas permiten un desarrollo económico sostenible.
- Si bien no son ficciones, los ejemplos que usted da son una minoría
- La humanidad no va a cambiar de un día para otro. Tenemos la historia por delante. A la entrada de la ONU hay una cita bíblica: 'No alzará más espada nación contra nación, ni se ensayará más para la guerra...' las resonancias de esa profecía de paz y solidaridad son universales y dan razón a la esperanza.
- ¿Qué determina que una sociedad sea mejor que otra?
- Para determinarlo se usan hoy una serie de indicadores que reflejan el conjunto de expresiones de una sociedad, como el Indice de Desarrollo Humano que elabora la ONU, que relevan desde los índices de mortalidad infantil, hasta los grados de libertad y desarrollo de una cultura. En ese conjunto de planos hay sociedades que encabezan las tablas: Noruega (que, por ejemplo, eliminó la corrupción aun careciendo casi de leyes específicas), Finlandia (que tiene la menor tasa de presos y la menor cantidad de policías de Europa), Suecia (que ha eliminado la discriminación de género), Islandia y Canadá. La pregunta es cómo lo han logrado.
-¿Y su respuesta cuál es?
- Son culturas que rechazan las desigualdades. Su secreto es preocuparse por los seres humanos y han hecho de ellos su prioridad
- Podría argumentarse que pueden priorizarlos porque son ricas.
- Pero han hecho grandes inversiones en educación y salud antes de ser ricas. Es por eso, justamente, que son ricas. Además son sociedades que tienen un proyecto compartido por todos sus integrantes que se resume en: crecimiento con equidad, que significa brindar las mismas posibilidades a todos. Los finlandeses, que suelen decir 'Estamos todos en el mismo bote', hace 35 años eran una sociedad rural, con escasos recursos naturales, pero invirtieron muy fuerte en educación y refundaron el país en poco tiempo. En un informe reciente en el 'Washington Post' se los señala como ejemplo para los EE.UU. porque es una sociedad que ha logrado eliminar los 'accidentes de nacimiento' (es decir las diferencias de posibilidades de los seres humanos según su origen social) y han reducido al mínimo las 'fuentes de ansiedad', lo que significa que las personas están tranquilas porque saben que tienen derecho a que la sociedad las ayude.
- ¿Cómo hicieron estas sociedades para ser lo que son?
- Son sociedades que cultivan sistemáticamente los valores éticos a nivel nacional, social, familiar y personal. Son muy exigentes con la moral de sus dirigentes, con la responsabilidad social de sus empresarios y con las contribuciones que tiene que hacer la sociedad civil a través de voluntariados. Ese código de ética no llueve, se construye a diario. Como contraejemplo tenemos el de la República de Weimar (1919-1933), en Alemania, donde florecieron las libertades civiles, la cultura y las artes, pero que terminó degradándose al punto de dar paso al nazismo
- ¿Cómo pueden construirse estos modelos, tan alejados del nuestro?
- Son sólo modelos de referencia. Cuanto más participen los ciudadanos, la representación será más genuina y las políticas públicas se ocuparán de los problemas de la gente. Yo soy muy optimista porque en las bases de las sociedades de Latinoamérica hay un fuerte reclamo de ética y un compromiso solidario con los que menos tienen.
- Lo que se ve de nuestras sociedades tiende a desmentir su optimismo..
- Lo que yo señalo es que esta sed de ética actual no es casualidad. Está en los valores en los que fueron educados los latinoamericanos: los de las gestas libertarias, los de la cultura judeocristiana (siempre repito que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento son tratados de política social porque Moisés y Jesús hablan del valor sagrado de la vida, de la paz y de la necesidad de construir un mundo justo) y los de las civilizaciones indígenas con su respeto por la familia, la naturaleza y los ancianos. Estos antecedentes culturales movilizados, por un reclamo ético y una fuerza democratizadora son las bases de mi optimismo. Pero mi optimismo no es pasivo: no cree que haya que sentarse a esperar que las cosas pasen. Creo que cada uno debería asumir sus responsabilidades éticas
- ¿De qué manera?
- En primer lugar hay que ser una buena persona. Y ser una buena persona significa mucho más que pagar los impuestos, cumplir las leyes y respetar las señales de tránsito. Es todo eso, más hacerse responsable por el otro y por la sociedad, participar de la vida colectiva de la manera que cada uno sienta que se expresa mejor, construir buenas familias y responsabilizarse por las políticas públicas de los gobiernos
- ¿Por qué insiste en vincular la ética con el desarrollo?
- Hoy sabemos que cuanta más desigualdad, más pobreza, menos consumidores y menor potencial productivo de la población, etcétera, todos factores que impiden el desarrollo económico de un país. La desigualdad y la pobreza son problemas económicos concretos, pero -al mismo tiempo- no debemos olvidar que son problemas éticos. No estamos hablando de engranajes de una nave espacial, estamos hablando del sufrimiento de la gente
- ¿Por qué dice que el 'capital social' revitaliza el pensamiento económico?
- El pensamiento económico tradicional sólo ve los factores infraestructurales y financieros del desarrollo. Las visiones tradicionales, puramente economicistas, como el Producto Bruto per cápita para medir la calidad de vida de una sociedad, son insuficientes. Se ha aprendido, muy duramente, que la economía es mucho más que eso: los valores de la gente, las actitudes, las percepciones, los niveles culturales... Todo influye en la economía
- ¿Pero en qué consiste?
- Este 'capital social' tiene cuatro dimensiones. Primero es el nivel de 'confianza' entre las personas: si es bajo, la sociedad estará preocupada por prevenir las trampas de unos contra otros. La segunda característica es la 'asociatividad', es decir, la capacidad de hacer cosas juntos. Desde organizarse los vecinos, pasando por todo tipo de cooperación, hasta la capacidad de diseñar un gran proyecto nacional. La tercera es el 'civismo': el grado de participación pública y de preocupación por lo que es colectivo: desde cuidar la naturaleza, las bibliotecas, los museos y los transportes, hasta pagar los impuestos y participar de toda forma de organización. Y por último, la cuarta expresión del capital social son los 'valores éticos'
- ¿Cómo se obtiene capital social?
- Se construye. No estamos hablando de ficciones: hay varios ejemplos de cómo el capital social, junto con el capital humano y junto con las variables económicas permiten un desarrollo económico sostenible.
- Si bien no son ficciones, los ejemplos que usted da son una minoría
- La humanidad no va a cambiar de un día para otro. Tenemos la historia por delante. A la entrada de la ONU hay una cita bíblica: 'No alzará más espada nación contra nación, ni se ensayará más para la guerra...' las resonancias de esa profecía de paz y solidaridad son universales y dan razón a la esperanza.