miércoles, 25 de abril de 2012



 Webquest en la enseñanza de la Economía

Aquí les presento otra alternativa relacionada con la aplicación de las NTIC en nuestra clases. Para los que la utilicen espero sus comentarios !  ALBERTO

Nombre de la Webquest: Limitaciones del PBI para medir el bienestar social
Destinatarios: Alumnos 5to año Secundaria – Ciclo Superior
Áreas de incumbencia: Economía y Geografía
1.       Introducción:
Llegó la hora de determinar si el PBI nos brinda la información necesaria para  averiguar el bienestar social de un país. Así que cada grupo se convertirá en expertos  investigadores económico para responder  la siguiente pregunta ¿El PBI es un buen indicador para determinar si un país es mejor que otro para vivir?
2.       Tarea:
 Estudiar el concepto de PBI para luego analizar  un discurso de Robert Kennedy sobre las limitaciones y alcances del PBI del año 1968. Por último,   se deberá presentar un informe sobre las conclusiones arribadas.
3.       Proceso:
 Estará dividido en etapas:
3.1.     Primera etapa: Análisis del concepto PBI
3.1.1.  Se formarán en grupos de 4 integrantes cada uno según las directivas del profesor
3.1.2. Visitar el sitio http://www.econlink.com.ar/dic/pib.shtml  e investigue el concepto  PBI
3.1.3. Responder el siguiente cuestionario:
3.1.3.1.             ¿Qué significa  P B I? ¿Qué mide?
3.1.3.2.             Explique el significado de: Producto – Bruto - Interno
3.1.3.3.             Si una empresa Chilena está instalada en nuestro país ¿Su producción                 se contabiliza en el PBI argentino o en el chileno? Fundamentar
3.2.    Segunda etapa: Alcance y limitaciones del PBI
3.2.1.  Ahora llegó el turno de analizar en profundidad los alcances y limitaciones del uso del PBI (o PIB en otros países) como indicador social. Por tal motivo, visitar el siguiente sitio http://www.economia.com.mx/producto_interno_bruto.htm  y responder  las siguientes preguntas:
3.2.1.1.             Si un país sobre-explota sus recursos naturales  aumentando así su PBI              ¿Este incremento en el PBI representa  un mayor bienestar social?            Justificar
3.2.1.2.             La contaminación ambiental generada por las fábricas  ¿Es tenida en    cuenta en el cálculo del PBI? ¿Cómo repercute esto en el bienestar          social?
3.2.1.3.             ¿Un PBI  alto muestra siempre una mejor distribución del          ingreso? Justificar
3.2.1.4.             Si en el cálculo del PBI no se contempla el trabajo voluntario, el trabajo              de las amas de casa y el trabajo no registrado ¿Este indicador muestra      la realidad o sólo una parte de ella?        Justificar
3.3.    Tercera etapa: Qué mide el PBI y que no mide el PBI
3.3.1. Leer el  fragmento del discurso de Robert Kennedy  en la campaña presidencial http://econoprofes.blogspot.com.ar/2011/07/alcance-y-limitaciones-de-los-indices.html
3.3.2. Completar el siguiente cuadro comparativo con los aspectos tenidos en cuenta en el cálculo del PBI y los que no son tenidos en cuenta.
El PBI tiene en cuenta
El PBI no tiene en cuenta




3.4.     Cuarta etapa: Escribir un informe de más de 15 renglones que describa todo lo analizado en esta actividad.
4.       Recursos:
  • Concepto de PBI
  • Alcance y limitaciones del PBI
  • Video del discurso de Robert Kennedy (Hacer click en CC para ver subtítulos)
  • Fragmento del discurso

5.       Evaluación:
El docente tendrá en cuenta la responsabilidad, el entusiasmo, la participación y el esfuerzo de parte de ustedes para completar el trabajo. Así realizaré un seguimiento tanto individual como grupal. Por lo tanto, tendrán 2 notas: una individual y otra grupal.
 Para comprobar que hay logrado apropiarse de los conocimientos necesarios para analizar qué mide y qué no mide el PBI a través de la presente webquest como así también realizar una propia autoevaluación de su desempeño,  paso a mostrarles los puntos tenidos en cuenta para orientarse durante la realización del trabajo:

Excelente
Muy bueno
bueno
Regular
Insuficiente
Contenidos
El grado de relación entre los conceptos vistos es sobresaliente
Los conceptos analizados son los pertinentes y están muy bien fundamentados
Los conceptos analizados son los pertinentes
Los conceptos analizados son confusos
No presenta relación entre los conceptos
Gestión de la información
Muestra un extraordinario nivel de análisis y grado de integración grupal
Muestra un alto nivel de análisis y de  grado de integración grupal
Muestra un nivel aceptable de análisis y de grado de integración grupal
Muestra poco nivel de análisis e integración grupal
No muestra nivel de análisis ni grado de integración grupal.
Trabajo en el grupo
Altísima colaboración activa y participativa
Muy buena colaboración activa y participativa
Buena colaboración activa y participativa
Poca colaboración activa y participativa
No presenta colaboración activa ni participativa
Producto final
Excelente trabajo grupal
Muy buen trabajo grupal
Buen trabajo grupal
Trabajo regular
Trabajo insuficiente

6.       Conclusión
¡Tarea completada! Ahora llegó el momento de socializar entre todos lo aprendido durante la webquest. Así que comencemos a dialogar acerca de los siguientes temas:
  • Utilizar indicadores económicos monetizados (expresados en Dólares) para medir el bienestar social de un país ¿Qué desventajas presenta?
  • ¿A qué teoría económica responde la utilización del PBI como medida de progreso social?
  • El hecho de producir más bienes materiales (y su consecuente aumento del PBI) ¿Conduce a una mejor calidad de vida?

martes, 17 de abril de 2012

Clase n° 4 - Entrevista a José Naredo

"El crecimiento actúa como una droga que adormece los conflictos y las conciencias y crea adicción en todo el cuerpo social"
 Doctor en Ciencias Económicas, diplomado de la Escuela Superior de Estadística y uno de los científicos sociales españoles que más han hecho para despertar la conciencia crítica sobre los problemas de nuestro planeta. Último Premio Internacional Geocrítica 2008, lleva más de cuarenta años de labor investigadora. Premiado por su talante interdisciplinario, los campos fundamentales a los que ha dedicado su investigación y su reflexión son la agricultura, la economía del agua, la energía, la ordenación del territorio, los mercados inmobiliarios y los aspectos patrimoniales y financieros, unidos con reflexiones de fondo sobre el pensamiento económico y las relaciones entre economía y ecología. Destaca también por su compromiso con los movimientos sociales que buscan alternativas a la actual organización económica del mundo: es socio fundador de la Asociación Hispano-Portuguesa de Economía de los Recursos Naturales y Ambientales y de la Fundación Nueva Cultura del Agua, así como socio de honor de la Asociación de Agricultura Ecológica.

En esta entrevista El profesor Naredo ha reflexionado con nosotros sobre el metabolismo del sistema económico actual, desgranando conceptos fundamentales para entender la actual coyuntura económica. 
¿Se divorció la economía de la ecología en un algún momento de la historia o nunca la tuvo en cuenta?

La ecología es una disciplina más moderna: nació ya avanzado el siglo XIX, un siglo después de que naciera la economía y, podemos decir, que nació ya divorciada de la economía, para estudiar un oikos diferente. Cuando  nació la ecología, como una biología de sistemas de la vida, en la que convergían la antigua historia natural y la moderna biología evolucionista, la economía ya había reducido su objeto de estudio al oikos de los valores monetarios.

Sin embargo, conviene aclarar que la economía nació apoyándose en la visión organicista arcaica del mundo todavía vigente en la Europa del siglo XVIII,  para desplazar la atención desde la adquisición de riqueza hacia la producción de la misma. Como comento largo y tendido en mi libro La economía en evolución (Madrid, Siglo XXI, 3ª ed. 2003) la economía nació en ese siglo, en tanto que disciplina independiente de la moral y la política, como fruto de un maridaje entre la filosofía mecánica y las creencias alquímicas, que postulaban el crecimiento y perfeccionamiento de los minerales en el seno de la Madre-Tierra en el marco de la visión organicista antes mencionada. Los inventores de la noción usual de sistema económico y de la economía como cuerpo de conocimiento autónomo articularon su invento proponiendo una síntesis audaz entre la economía de la naturaleza ?expresión utilizada por Linneo y otros naturalitas de la época? y el mercantilismo ?que reflexionaba sobre el comercio, los precios y el dinero.

La nueva ciencia económica, formulada por Quesnay y otros autores franceses del siglo XVIII hoy llamados “fisiócratas”, tomaba como meta “acrecentar la producción de riquezas renacientes sin menoscabo de los bienes fondo”. Estas “riquezas renacientes” se presuponían ligadas a la Madre-Tierra. Y entre las actividades productivas vinculadas a la Madre-Tierra, no solo aparecían la agricultura, los bosques o la pesca, sino también las minas, dado que, desde la visión organicista del mundo entonces imperante, se pensaba, como ya he dicho, que los minerales también estaban sujetos a procesos de crecimiento y perfeccionamiento. La ciencia económica se propuso el objetivo de forzar ese crecimiento generalizado de la producción física de riquezas renacientes ?y de los ingresos monetarios asociados a ella? que, al suponerse de interés para todo el mundo, quedaba ajeno a la moral. Al establecer la noción de producción como centro de la ciencia económica se apuntaló también la mitología del crecimiento económico, tomado como algo generalmente deseable.
Pero ¿cuando y cómo se produjo entonces el divorcio entre economía y naturaleza?

Quesnay insistía en que no debía considerarse que producir fuera simplemente “revender con beneficio”, sino “acrecentar las riquezas renacientes sin deterioro de los bienes fondo”. Pero cuando la especie humana tuvo plena conciencia de que ni los minerales crecían en el seno de la Tierra, ni ésta dilataba sus límites ?y la civilización industrial pasó a depender cada vez más de las extracciones y deterioros masivos de la corteza terrestre en forma de carbón, petróleo, gas u otros minerales y metales? se siguió hablando de producciones de carbón, petróleo, gas, etc. Cuando hasta las mismísimas producciones ligadas a la fotosíntesis perdieron su antiguo carácter renovable de tanto forzarlas ?inyectando en ellas petróleo y otras sustancias y esquilmando los suelos, los acuíferos y la diversidad biológica? la noción de producción se impuso como metáfora para abarcar indiscriminadamente las actividades económicas haciendo abstracción de su conexión con el mundo físico. Asistimos así a la transformación de un concepto en una metáfora encubridora, que se revela cada vez más carente de significado real, pues la casi totalidad de las actividades denominadas de “producción” son hoy en realidad actividades de mera extracción, elaboración, manejo y deterioro de sustancias y/o bienes preexistentes. Se cortó, así, por completo el cordón umbilical que originariamente unía la idea de sistema económico con el mundo físico para hacer que siguiera girando en el mero campo de los valores monetarios, reforzando la función  encubridora de esta idea.

Con ello se afianzó el divorcio entre economía y ecología, al contar ambas disciplinas con objetos de estudios y con nociones de sistema diferentes. De ahí que se produzca un diálogo de sordos: mientras que los economistas perciben y saludan los aspectos positivos del proceso económico como generador de valores añadidos y beneficios, los ecólogos y ecologistas se fijan en los deterioros que dicho proceso ocasiona en el mundo físico circundante. Para evitar este diálogo de sordos vengo proponiendo desde hace tiempo un enfoque ecointegrador que razone considerando a la vez las dos caras de los procesos.
¿Entonces son incompatibles sociedad industrial y biosfera?

El metabolismo de la sociedad industrial, tal y como ha venido funcionado, responde a un modelo diferente del de la biosfera y su desarrollo a gran escala resulta inviable a largo plazo. La Tierra recibe diariamente la energía de Sol, pero es un sistema cerrado en materiales. Es decir, no intercambia materiales con el exterior, salvo la afortunadamente rara excepción de los meteoritos. Por lo que si la vida se ha desarrollado en la Tierra es porque ha conseguido  mover en ciclo cerrado los materiales apoyándose en la energía solar y sus derivados renovables. Como decía Margalef, en la biosfera el Sol mueve los ciclos de materiales como el agua mueve la rueda del molino. Y la agricultura tradicional se ha venido adaptando al modelo de la biosfera en el que cabría decir que no hay ni recursos ni residuos, ya que todo es objeto de una utilización posterior.  Es ese fenómeno singular llamado fotosíntesis el que permite desviar hacia los circuitos de la vida una pequeña parte de la energía que recibimos diariamente del Sol y cerrar los ciclos de materiales. Por ejemplo, el agua es la principal materia prima en tonelaje que interviene en los dos fenómenos que mantienen la vida ?la fotosíntesis y el intercambio iónico? y es el motor solar el que repone el agua en cota y calidad, a través de la fase atmosférica del llamado ciclo hidrológico.

Sin embargo la actividad industrial se ha venido apoyando en extracciones de determinados minerales de la corteza terrestre, desplazando la intendencia de la especie humana desde el uso del flujo solar hacia el de determinados stocks de la corteza terrestre. Con el agravante de que, además, a diferencia del modelo biosfera, no cierra los ciclos de materiales reconvirtiendo los residuos en recursos. Con lo cual la inviabilidad a largo plazo de ese sistema está asegurada de antemano por escasez de recursos y por exceso de residuos. Solo si la especie humana tuviera un peso muy pequeño en la Tierra, podría cobrar sentido considerar infinitos los recursos y los sumideros planetarios. Pero hoy día los flujos físicos de recursos y residuos que mueve la especie humana distan mucho de ser despreciables, sino que dejan pequeñas a las grandes fuerzas geológicas que, con sus arrastres de materiales, vienen configurando la orografía y los paisajes, tal y como se constata en algunos de mis libros. Como consecuencia de ello, la contribución del metabolismo de la sociedad industrial al deterioro planetario ofrece evidencias cada vez más significativas.
¿Cuáles son las raíces económico-financieras del deterioro ecológico y social actual?

Para responder a esa pregunta escribí el libro Raíces económicas del deterioro ecológico y social (Madrid, 2007, Siglo XXI) y resulta difícil responderla ahora en unas pocas palabras, pero lo intentaré.

Como contexto de esta reflexión cabe recordar que el comportamiento físico de organismos y ecosistemas depende de los flujos de información que los orientan y estimulan. Y que el metabolismo de la actual civilización industrial responde cada vez más a estímulos llamados económicos, unidimensionalmente expresados en dinero y guiados por afanes de crecimiento permanente, que eclipsan otras informaciones y criterios orientadores de la gestión. Esbocemos cuales son esos estímulos económicos generalmente indiscutidos y sus consecuencias.

En primer lugar, hay que advertir que la sociedad actual utiliza el razonamiento monetario como guía suprema de la gestión. Se impone así un grave reduccionismo pues, en la medida en que impera la dimensión monetaria, se desatienden las dimensiones físicas y sociales vinculadas al proceso económico.

En segundo lugar, se interpreta el proceso económico como un proceso de producción de riqueza, expresada en términos monetarios. Y ya hemos visto que, en la medida en que impera la metáfora de la producción se soslayan las operaciones de mera adquisición ?ya sean éstas especulativas, extractivas o utilizadoras? de riquezas preexistentes, que hoy son mayoritarias: la metáfora de la producción resalta la dimensión creadora de valor y utilidad del proceso económico, pero eclipsa los deterioros que dicho proceso inflige en su entorno físico y social.

En tercer lugar, sobre la metáfora de la producción se apoya aquella otra del crecimiento económico. Pues el símil de la producción, al resaltar ?y registrar en términos monetarios? solo la parte positiva del proceso económico, justifica el empeño de acrecentarla como algo bueno para todo el mundo, surgiendo así la mitología del crecimiento económico: el crecimiento del consabido agregado monetario de Producto o Renta nacional se percibe como algo inequívocamente deseable y generalizable, sin necesidad ya de analizar su contenido efectivo, sus servidumbres y sus consecuencias no deseadas.

En cuarto lugar, hay que subrayar que el instrumental mencionado, no solo reduce la toma de información a una única dimensión, la monetaria, sino que registra solamente el coste de extracción y manejo de los recursos naturales, pero no el de reposición, favoreciendo así el creciente deterioro del patrimonio natural, que no entra en línea de cuenta. Frutos de esta regla de valoración sesgada son el creciente abastecimiento del metabolismo económico con cargo a la extracción de recursos de la corteza terrestre y al esquilmo de los derivados de la fotosíntesis, que va en detrimento de las verdaderas producciones renovables.

En quinto lugar, el hecho de que la información monetaria utilizada atienda sólo al coste de extracción y no al coste físico de reposición de los recursos naturales es sólo el primer eslabón de una asimetría creciente que divorcia la valoración monetaria del coste físico a lo largo de todo el proceso económico: esta asimetría hace que las fases finales de comercialización y venta se lleven la parte del león del valor creado frente a las primeras fases de extracción y tratamiento de los productos primarios. La pérdida de peso de la agricultura en la cadena de creación de valor y del precio del suelo agrícola frente al industrial o urbano son un simple derivado de las reglas de valoración indicadas.
¿A que conducen estos valores indiscutidos?

La especialización, unida al comercio y transporte de mercancías a gran escala, hace que los criterios mencionados dibujen por sí mismos un panorama de creciente polarización social y territorial. Pues mientras ciertos países, regiones, ciudades, empresas o personas consiguen especializarse en las “altas” tareas de dirección que controlan los procesos y sacan partido de las fases de comercialización y venta, llevándose el grueso del “valor añadido” con escaso coste físico, aquellos otros que se ocupan de las fases de extracción y elaboración de los productos “primarios” obtienen escaso valor con elevado coste físico. Pero la mencionada polarización social y territorial se ve hoy acentuada por otras convenciones sociales o acuerdos institucionales dignos de mención.
¿Cuáles son los requisitos institucionales que permiten que esas reglas actúen?

El primero de ellos es el respaldo legal y la aceptación social de derechos de propiedad desigualmente repartidos entre unos ciudadanos que, paradójicamente, acostumbran a definirse iguales en derechos. Con lo cual, el juego económico aparece ya sesgado en su origen a favor de algunos afortunados, frente a una mayoría de desfavorecidos.

El segundo es el respaldo legal y la aceptación social generalizada de relaciones laborales dependientes a las que se somete la mayoría de la población: el simple pago de un salario otorga a los afortunados el derecho a mandar y obliga a los desfavorecidos a obedecer. Además, las relaciones de poder desequilibradas presentes en los contratos de trabajo se extienden y refuerzan hoy, sobre todo, a través de las cadenas de mando de esas organizaciones jerárquicas y centralizadas que son las empresas capitalistas.

En tercer lugar, las normas que rigen hoy esa convención social que es el dinero amplifican notablemente la polarización social y territorial, al ofrecer a las entidades y a los países más ricos y poderosos posibilidades de financiación que van mucho más allá de lo que les permitiría el comercio a través de las reglas de valoración antes mencionadas.

Como consecuencia de este marco institucional y mental que orienta y mueve el metabolismo de la sociedad industrial se produce un creciente deterioro de la base de recursos planetaria, con una creciente polarización social y territorial.
¿Dónde reside la ambigüedad del desarrollo sostenible?

En que toma sus dos palabras del arsenal de la economía ordinaria, permitiendo así contentar a los “desarrolistas”. No es su novedad lo que hizo que se difundiera con tanto éxito la idea del “desarrollo sostenible”, sino sus controladas dosis de ambigüedad, que permitían contentar a todo el mundo. Ya comenté que ya en el siglo XVIII los padres de la ciencia económica tomaban como objetivo “acrecentar las riquezas renacientes sin menoscabo de los bienes fondo (la Tierra y sus aptitudes y riquezas)”. Más recientemente, Ignacy Sachs acuñó el término “ecodesarrollo”, en un sentido parecido. Pero este término tomaba el “eco” de la ecología y el “desarrollo” de la economía, tratando de equilibrar la balanza. Pero, como he comentado en ocasiones, esa expresión estuvo de moda algún tiempo, pero fue vetada por Kissinger ?tras la conferencia de Cocoyot, en 1974? por ser demasiado comprometida. Se sustituyó más tarde por el término “desarrollo sostenible” que tomaba las dos palabras del arsenal de la economía, en la que era normal hablar del objetivo del desarrollo sostenido (sustained). El nuevo adjetivo —“sostenible” (sustainable)— contentaba también a los naturalistas o ecologistas preocupados por el deterioro del entorno físico. Con lo cual ese término tenía la virtud de tender un puente virtual entre desarrollistas y conservacionistas. Y nada mejor para los políticos y empresarios que enarbolar términos que contenten a todo el mundo recabando a la vez el voto y el consenso de los desarrollistas y los conservacionistas. De ahí que el “desarrollo sostenible” sea la jaculatoria o mantra repetida hasta la saciedad en todos los discursos o informes que caen dentro de lo “políticamente correcto”. Poco importa que algún autor, como Margalef haya subrayado la contradicción in terminis o, como se dice en inglés, el oximoron que entraña esa expresión si tiene que ver, como de hecho ocurre, con el crecimiento de algo físico. O poco importa que Herman Daly haya tratado de superar ese oximoron diciendo que, para él, desarrollo sostenible equivale a desarrollo sin crecimiento. El uso corriente de esa expresión ha servido para desactivar en el terreno de las palabras la contradicción entre desarrollistas y conservacionistas, manteniendo sin problemas la mitología del desarrollo que el informe del Club de Roma sobre “los límites del crecimientos” y otras publicaciones habían puesto contra las cuerdas en la década de los setenta, al subrayar la irracionalidad que comporta a la luz de las ciencias de la naturaleza.

Si de verdad se tomara en serio el tema de la (in)sostenibilidad o (in)viabilidad a largo plazo del comportamiento de la sociedad industrial, se habría estudiado el horizonte hacia el que apunta ese comportamiento. El medioambientalismo banal en boga no está interesado en añadir precisiones al tema de la sostenibilidad: su objetivo es ayudarnos a convivir con el deterioro ecológico en curso mediante campañas de imagen verde, no reconvertir el metabolismo de la sociedad industrial hacia un futuro menos ecológicamente degradante o, si se quiere, más sostenible.
¿Cuál es su interpretación de la presente crisis? ¿Considera ligada la crisis económica a otras crisis ecológicas y sociales relacionadas con el propio modelo ideológico que orienta el metabolismo de la sociedad industrial?

El desplazamiento y la concentración del poder hacia el campo económico-empresarial hace que hoy existan empresas capaces de crear dinero, de conseguir privatizaciones, recalificaciones, concesiones, contratas… y de manipular la opinión, polarizando así el propio mundo empresarial. Si antes el Estado controlaba a las empresas, ahora hay empresas y empresarios que controlan y utilizan el Estado y los media en beneficio propio, mostrando que el capitalismo de los poderosos es sólo liberal y antiestatal a medias. Es liberal para solicitar plena libertad de explotación, pero no para promover recalificaciones y concesiones en beneficio propio. Y es antiestatal para despojar al Estado de sus riquezas, pero no para conseguir que las ayudas e intervenciones estatales alimenten sus negocios. De ahí que calificar de (neo)liberal al capitalismo de los poderosos es hacerle un inmenso favor, al encubrir el intervencionismo discrecional tan potente en el que normalmente se apoya, permitiendo que los nuevos caciques vayan impunemente por la vida presumiendo de (neo)liberales. Intervencionismo que ha culminado al calor de la crisis con suculentas ayudas a las empresas que evidencian que la ley del embudo de los nuevos caciques presuntamente (neo)liberales consiste en privatizar beneficios y socializar pérdidas.

La actual refundación oligárquica del poder plasmada en un neocaciquismo disfrazado de democracia ha desatado una nueva fase de acumulación capitalista. En esta fase, en la que predomina la adquisición sobre la producción de riqueza, los beneficios empresariales y el crecimiento de los agregados económicos de rigor, ya no suponen mejoras generalizadas en la calidad de vida de la mayoría de la población, que tiene que sufragar el festín de beneficios, plusvalías y comisiones originado, acentuando la polarización social. Pero la sociedad, adormecida por la ideología dominante, sigue sin preocuparse del contenido concreto y las implicaciones de esos agregados monetarios cuyo crecimiento indiscriminado desea y defiende.

El crecimiento actúa, así, como una droga que adormece los conflictos y las conciencias y crea adicción en todo el cuerpo social. Pero cuando decae o se para, el malestar resurge con fuerza, invitando peligrosamente a mirar hacia atrás y a ver las ruinas que ha ido dejando, jalonadas de grave deterioro ecológico, de angustioso endeudamiento económico, de bancarrota moral y de severo empobrecimiento social al haber acentuado el servilismo, espoleado por la envidia y la avaricia.
¿Cuál es su perspectiva para el futuro?
La alternativa al modelo económico descrito requiere profundos cambios mentales e institucionales que no cabe detallar aquí. Cambios que permitan trascender la metáfora de la producción y la mitología del crecimiento económico y cambiar las reglas del juego que rigen actualmente la valoración comercial y el sistema monetario internacional. La viabilidad de estos cambios depende de la disyuntiva política que enfrenta la actual refundación oligárquica del poder a una refundación democrática del mismo. O también, la que enfrenta la actual democracia, que se dice representativa, pero que se apoya en consensos oscuros y elitistas, a una democracia más participativa, con consenso amplio y transparente, fruto del ejercicio pleno de una ciudadanía bien informada. La experiencia muestra que la información es condición necesaria para desmontar las prácticas caciquiles y los lucros inconfesables de las operaciones y los megaproyectos y para reconducir el proceso económico hacia una gestión más razonable y acorde con los intereses mayoritarios. Pero hay que subrayar, también, que hoy por hoy la intensa participación y movilización social debidamente informada, sólo es condición suficiente para que tal desmontaje y reconducción se produzcan, si hace peligrar el crédito electoral de los responsables políticos.
Tras la disyuntiva indicada subyace la pugna por mantener vivo el tejido social compuesto por relaciones de solidaridad, afinidad y simpatía hacia nuestros congéneres, frente a su destrucción y sustitución por relaciones serviles y despóticas. En el fondo se trata de evitar que los valores del capitalismo ?el éxito pecuniario, la pelea competitiva, el afán de lucro, de explotación…? y su actual proyección oligárquica, acaben arrasando los sentimientos de amistad y solidaridad y haciendo realidad esa utopía social negativa que Hesíodo, en Los trabajos y los días, identificaba con el fin de la especie humana. Pues, en sus célebres versos, nos recuerda que ese final vendrá cuando se destruyan las relaciones de hospitalidad, amistad, fraternidad, cuando incluso se les muestre desprecio a los padres, tan pronto como envejezcan… cuando nadie respete su palabra dada, ni apoye lo bueno y lo justo, cuando la conciencia no exista y el único derecho sea la fuerza o el dinero.

martes, 10 de abril de 2012

Clase nº 3 - El reino que quiso medir la felicidad y la reconciliación entre Economía y Ecologia

 Aquí les presento un caso muy particular sobre cómo medir la felicidad titulado "El reino que quiso medir la felicidad" (Tienen el link de acceso y/o la nota periodística).
Además, les dejo el link de un material de José Manuel Naredo (reconciliación virtual entre Economía y Ecología) que analiza la "mitología del crecimiento económico y la reconversión del metabolismo de la sociedad actual

El reino que quiso medir la felicidad

Detrás de las grandes historias suele haber grandes personajes. Y nadie que haya visitado su pequeño reino del Himalaya podrá negar ese calificativo a Jigme Singye Wangchuck, cuarto rey de Bután, cuya aura misteriosa y novelesca parece respirarse en cada uno de los hogares de este país del tamaño de Suiza, con apenas 700.000 habitantes, al que el cuarto rey convirtió el año pasado en la democracia más joven del mundo.
En una semana en el país no fue posible escuchar una sola mala palabra sobre Jigme Singye Wangchuck, educado en el Reino Unido, casado con cuatro hermanas y padre de 10 hijos, uno de los cuales es el actual rey. En cambio, el relato de sus virtudes se repite hasta el empalago. Que si vive solo en una cabaña modesta. Que cuando la gente se ofreció a construirle un castillo dijo que no, que emplearan el dinero y el tiempo en levantar escuelas y hospitales. Que es compasivo, sabio, que lo sacrificaría todo por su pueblo. Que acudió el primero a defender con sus propias manos al país cuando hubo que luchar, en 2003, contra los rebeldes separatistas de Assan que cruzaban la frontera y se ocultaban en los densos bosques de Bután para lanzar ataques contra la India.
"Es un rey dios. El único rey de la historia de la humanidad que merece ese apelativo. Muchos pueblos, por muchos motivos, han venerado a sus mandatarios. Pero él es especial. Es una mente iluminada. Es como un buda." Quizá no haya que ir tan lejos como Ashi Sonan Choden Dorji, de 41 años, la hermana pequeña de las cuatro reinas, que define así a su cuñado, tomando té en el elegante salón de su casa a las afueras de la capital. Pero podría aceptarse la palabra visionario si se tiene en cuenta que el rey acuñó, hace 35 años, un término que hoy, en este escenario del poscomunismo y del poscapitalismo salvaje, constituye el centro de uno de los debates más interesantes que se están produciendo en el pensamiento económico mundial. Un debate al que se han apuntado premios Nobel como Joseph E. Stiglitz o Amartya Sen y líderes occidentales como Nicolas Sarkozy o Gordon Brown.

Mucho más que un eslogan

El 2 de junio de 1974, en su discurso de coronación, Jigme Singye Wangchuck dijo: "La felicidad interior bruta es mucho más importante que el producto bruto interno". Tenía 18 años y se convertía, tras la repentina muerte de su padre, en el monarca más joven del mundo.
No fue un mero eslogan. Desde aquel día, la filosofía de la felicidad interior bruta (FIB) ha guiado la política de Bután y su modelo de desarrollo. La idea es que el verdadero desarrollo de una sociedad tiene lugar cuando los avances en lo material y en lo espiritual se complementan y se refuerzan uno a otro.
Dos factores pueden explicar que esta especie de tercera vía de desarrollo se haya llevado a la práctica precisamente aquí, en este aislado reino del Himalaya. Por un lado, está su profunda raigambre en la filosofía budista. Y por otro, el proverbial retraso de Bután en su apertura al mundo. El lama reencarnado Mynak Trulku explica el primer factor: "La felicidad interior bruta se basa en dos principios budistas. Uno es que todas las criaturas vivas persiguen la felicidad. El budismo habla de una felicidad individual. En un plano nacional, corresponde al Gobierno crear un entorno que facilite a los ciudadanos individuales encontrar esa felicidad. El otro es el principio budista del camino intermedio". Y esto enlaza con el segundo factor, que explica Lyonpo Thinley Gyamtso, ex ministro del Interior y de Educación: "Están los países modernos, y luego está lo que era Bután hasta los años setenta. Medieval, sin carreteras, sin escuelas, con la religión como única guía. Son dos extremos, y la FIB busca el camino intermedio".
La televisión llegó a Bután en 1999, al mismo tiempo que Internet. Thimpu es hoy la única capital del mundo sin semáforos, y el aeropuerto internacional cuenta con una sola pista. Ese retraso en la modernización ha permitido a Bután, un pequeño país encajado entre los dos Estados más poblados de la Tierra, la India y China, aprender de los errores de otros países vecinos.
La determinación por medir la felicidad nacida de aquel discurso de coronación del cuarto rey de Bután puede verse como un caso pintoresco o enternecedoramente naíf desde las potentes economías occidentales. Pero la misma inquietud empieza a ocupar las agendas de influyentes mandatarios y eminencias de la economía a nivel mundial. En febrero de 2008, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, creó la Comisión Internacional para la Medición del Desempeño Económico y el Progreso Social, debido, en palabras de su director, el profesor de la Universidad de Columbia y premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz, "a su insatisfacción, y la de muchos otros, con el estado actual de la información estadística sobre la economía y la sociedad". "El gran interrogante", proseguía Stiglitz, "implica saber si el PBI ofrece una buena medición de los niveles de vida". Y los resultados de la comisión, presentados el pasado mes de septiembre, confirmaron las sospechas de Sarkozy: el PBI se utiliza de forma errónea cuando aparece como medida del bienestar. Pero también hay quien advierte de los riesgos de ampliar la variedad de estadísticas económicas, que podría permitir a los gobiernos agarrarse a unas u otras, en detrimento de la objetividad.
Bután no debe ser (ni lo pretende) un ejemplo para otros Estados. Las peculiaridades del país hacen su experiencia inexportable. Bután es una de las economías más pequeñas del mundo, basada en la agricultura (a la que se dedica el 80% de la población), la venta de energía hidráulica a la India y el turismo. Y es un país altamente dependiente de la ayuda externa. La tasa de alfabetización es del 59,5%, y la esperanza de vida, 62,2 años. Probablemente el concepto de FIB les suene a chino a las remotas tribus de pastores nómadas del este, que se visten con pieles de yak, practican una religión animista y ofrecen animales sacrificados a sus dioses en las montañas. Y más aún a los 100.000 ciudadanos de la minoría étnica nepalí que viven en campos de refugiados en Nepal desde principios de los noventa, después de haber sido expulsados de Bután por el Gobierno.
Pero en 2007 Bután fue la segunda economía que más rápido creció en el mundo. La educación, gratuita y en inglés, llega hoy a casi todos los rincones del país. En un estudio realizado en 2005, el 45% de los butaneses declaró sentirse "muy feliz", el 52% reportó sentirse "feliz" y sólo el 3% dijo no ser feliz. En el Mapamundi de la Felicidad, una investigación dirigida por el profesor Adrian White en la Universidad de Leicester (Reino Unido) en 2006, Bután resultó ser el octavo más feliz de los 178 países estudiados (por detrás de Dinamarca, Suiza, Austria, Islandia, Bahamas, Finlandia y Suecia). Y era el único entre los 10 primeros con un PBI per cápita muy bajo (5.312 dólares en 2008, seis veces menor que el español).
El sol ilumina intensamente la ciudad de Thimpu este sábado por la mañana. La vida transcurre sin prisa. Los puestos del mercado de verduras ofrecen los ricos productos autóctonos. Hay lustrosas berenjenas, tomates de árbol, decenas de tipos de manzanas y arroz rojo del Himalaya. Hay orquídeas Y hay nuez de areca que, untada con lima y envuelta en hoja de betel, tiñe de rojo los dientes y los escupitajos de los butaneses que la mastican, enganchados a su ligero efecto narcótico. Un sustituto del tabaco, cuya venta está prohibida en el país.

Unos jóvenes celebran un campeonato de tiro con arco, el deporte nacional, y bailan y entonan canciones tradicionales cuando su equipo acierta en la diana colocada a 145 metros de distancia. Otros duermen después de divertirse hasta altas horas de la noche en karaokes y clubes no muy diferentes de los que uno puede encontrar en cualquier pequeña ciudad occidental. Thimpu tiene cierto ambiente urbano, mitigado por el hecho de que, por ley, los edificios deben construirse siguiendo determinadas reglas de la arquitectura tradicional.
La mayoría de la gente viste el atuendo tradicional butanés, que la ley impone en determinadas áreas públicas, para reforzar la identidad cultural butanesa. El de los hombres es un vestido de tela que llega hasta las rodillas y se ata con un cinturón. Las mujeres llevan un vestido hasta los tobillos. En los actos oficiales, los hombres se ponen una gran bufanda, llamada kabney, cuyo color indica el rango de la persona. Amarillo para el rey, naranja para los ministros y otras selectas autoridades, azul para los parlamentarios, blanco para el pueblo llano.
Lyonpo Sonam Tobgye, el presidente del Poder Judicial, es de los contados butaneses que puede llevar kabney naranja. Y su uniforme particular se completa con una imponente espada que lleva amarrada a la cintura. "La espada es el poder, y la kabney es el honor. Cuando me jubile, la espada se va, pero la kabney se queda", dice, y suelta una sonora carcajada, sentado en su despacho, presidido (¿lo adivinan?) por una fotografía del cuarto rey de Bután. Fue él quien le encomendó, hace hoy exactamente ocho años, dirigir la comisión que se encargaría de redactar un borrador de Constitución para Bután. Quizá el primer gran paso para convertir Bután en una democracia.
Lo habitual en la historia es que la democracia sea una conquista del pueblo, producto a menudo de sangrientas luchas y revoluciones. Pero en el caso de Bután la democracia llegó por el empeño del cuarto rey, en contra de la voluntad de la mayoría de sus súbditos.
En diciembre de 2005, Jigme Singye Wangchuck anunció que abdicaría a favor de su primogénito y que se celebrarían elecciones. "La democracia no entró de la noche a la mañana", explica Lyonpo Sonam Tobgye, con la espada asomando por debajo de su kabney naranja. "Fue un proceso largo. Cuando su majestad dijo que había que hacer una Constitución, la idea no fue aceptada en absoluto por el pueblo. No queríamos una Constitución. Estábamos muy a gusto con nuestro pasado. Teníamos desarrollo, seguridad, habíamos progresado. Aun así, su majestad insistió en que era importante que tuviéramos una Constitución. Y el pueblo aceptó sus palabras, porque confiamos en él".
El comité estudió "unas cien" constituciones extranjeras. Después se quedaron con una veintena. Entre ellas, una los inspiró especialmente: la española. "La leímos una y otra vez", recuerda. "Es una muy buena constitución. Es muy progresista. Y ustedes tienen, como nosotros, una monarquía constitucional. Le confesaré una cosa: la leímos un poco tarde. De haberla visto antes, quizá no habríamos estudiado tantas otras".
Entregaron un borrador después de 10 meses, que se colgó en Internet para que lo vieran los ciudadanos y el mundo exterior. "Recibimos unos 400 comentarios de todo el mundo: intelectuales, universidades, organizaciones de derechos humanos. Estudiamos todo eso, hicimos otro borrador y éste se distribuyó al pueblo".
Los reyes, padre e hijo, recorrieron entonces todo el país, hasta las aldeas más remotas, y celebraban reuniones en los pueblos para explicar y discutir el borrador de la Constitución. El 18 de julio de 2008 se aprobó una carta magna sin pena de muerte para un país cuyo delito más común es el expolio del patrimonio artístico y cuyo artículo 9,2 establece: "El Estado se esforzará en promover las condiciones que permitan la consecución de la felicidad interior bruta".

Partido de la Paz y la Prosperidad

El 24 de marzo de 2008 se celebraron las elecciones parlamentarias. Se presentaron dos partidos y ganó (45 de los 47 escaños) el Partido de la Paz y la Prosperidad del actual primer ministro, Jigmi Thinley. Y hace ahora un año, en noviembre de 2008, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, de 28 años, hijo de Jigme Singye Wangchuck, se convirtió en el quinto rey de Bután, el primer monarca constitucional del país.
La sangre del nuevo rey aúna dos legitimidades. La de su padre, dinastía que reina Bután desde 1907, y la de su madre, que desciende de Ngawang Mamgyal, líder de una escuela de budismo tibetana que en 1616 se exilió en lo que hoy es Bután, a la edad de 23 años, y se convirtió en el primer gobernante del Bután unificado. El territorio se llamaba entonces (todavía hoy lo llaman así muchos butaneses) Druk Yul, o la Tierra del Dragón del Trueno. Y al líder se le otorgó el título de Zhabdrung, o Aquel a Cuyos Pies Uno Se Somete.
Su cuerpo embalsamado se guarda en la torre central del Punakha Dzong, también conocido como Templo de la Felicidad, sede del poder medieval, donde se coronó a los cinco reyes modernos. Una joya de la arquitectura butanesa, que el propio Zhabdrung mandó construir en la intersección de dos veloces ríos, en un promontorio con una trompa que desciende hasta el agua. Ya lo advirtió, en el siglo VIII antes de Cristo, Gurú Rinpoche, santo patrón de Bután, que trajo el budismo tántrico a estas montañas: algún día, dijo, en un sitio que parece un elefante muerto, alguien llamado Ngawang levantará un templo. Y si tiene éxito, unificará un país.
El coche avanza por la serpenteante carretera, y uno podría pasarse horas mirando las formas que dibujan las nubes contra el azul del cielo y el verde con que los bosques cubren las montañas que rodean al valle de Punakha. Quedan pocos días para la recolecta de los campos de arroz, que se siembran en junio, antes del monzón, y que confieren al valle un color tostado en este inicio del otoño.
La marihuana crece libre en las cunetas, pero sólo recientemente han tenido algún problema con su tráfico y cultivo. Tradicionalmente se le daba usos más exóticos. Como recuerda un anciano del lugar, en los internados los críos untaban con marihuana el suelo para que las chinches la comieran, anduvieran más lentas y despistadas, y así fuera más fácil cazarlas.
Bután es una potencia en plantas medicinales. "Los botánicos extranjeros que vienen no dan crédito", explica Karma Phuntsho, de la Oficina para la Investigación de Plantas Medicinales y Aromáticas. En el sistema de sanidad butanés, para dolencias leves, los ciudadanos pueden elegir entre la medicina tradicional y la occidental. Y la exportación de plantas medicinales, explica Phuntsho, "tiene un gran potencial". "Eso sí", advierte, "siempre que se realice de manera sostenible".
De momento, la economía de Bután confía en la bravura de sus ríos para generar energía hidráulica (esperan multiplicar por cinco su producción en los próximos años) y en el turismo, una industria que nació en los años setenta. En este terreno se sigue una política, entroncada con la filosofía de la FIB, de "pocos visitantes, pero mucho valor". El turista debe pagar una tarifa de 220 dólares al día, que incluye alojamiento, comidas, entradas a museos, desplazamientos interiores y guía. Se trata de mantener un volumen rentable pero moderado, y evitar catástrofes ecológicas, estéticas y sociales como la que el turismo masivo ha provocado en el vecino Nepal.
Y así hasta que el país sea autosuficiente y deje de depender de la ayuda externa. "Hacemos un buen uso de las ayudas. Apenas hay corrupción, y a los donantes les gusta asociarse a la idea de la FIB. Pero habrá un momento en que la ONU considere que podemos valernos por nosotros mismos", explica el ex ministro Lyonpo Thinley Gyamtso. "Somos un país pequeño y queremos hacer las cosas así. No queremos enseñar nada al mundo. Hacemos lo que creemos que es mejor para nosotros. Y si el mundo cree que hay algo que aprender, son más que bienvenidos"

martes, 3 de abril de 2012

Clase nº 2 - Sustentabilidad

Para el 2do encuentro analizaremos, en primer momento, el siguiente texto que trata sobre el concepto y  las condiciones de la sustentabilidad:


  1. El Concepto de Sustentabilidad

La sustentabilidad para una sociedad, significa la existencia de condiciones económicas, ecológicas, sociales y políticas, que permitan su funcionamiento en forma armónica en el tiempo y en el espacio. En  el tiempo, la armonía debe darse entre esta generación y las  venideras; en el espacio, la armonía debe darse entre los diferentes  sectores sociales, entre mujeres y hombres y entre la población con su  ambiente.
Un ejemplo de Sustentabilidad, es el que nos brinda la naturaleza, que  ha sabido integrar el comportamiento biológico de millones de especies  de flora y fauna, en un todo coherente; lo que le ha permitido  garantizar su permanencia por miles de millones de años. Con el  advenimiento del ser humano los impactos en la naturaleza ya no surgen  únicamente a partir de necesidades biológicas, sino que abarcan toda  una serie de instancias que surgen e influyen en la sociedad; por lo tanto la sustentabilidad debe abarcar tanto aspectos naturales como sociales.
No puede haber sustentablidad en una sociedad cuando se están  destruyendo o terminando los bienes de la naturaleza, o cuando la  riqueza de un sector se logra a costa de la pobreza de otro, o cuando  unos grupos reprimen a otros, o con la destrucción de culturas o  razas, o cuando el hombre ejerce diversos grados de explotación,  violencia y marginación contra la mujer. Tampoco podrá haber  sustentablidad en un mundo que tenga comunidades, países o regiones  que no son sustentables. La sustentabilidad debe ser global, regional,  local e individual y en los campos ecológico, económico, social y  político.
A veces se usan indistintamente conceptos como sostenible y  sustentable aunque su significado no sea el mismo. Sostenible viene de  sostener y sustentable de sustentar, las cosas se sostienen desde  afuera pero se sustentan desde adentro. Mientras la sostenibilidad se  podría lograr con acciones decididas desde afuera, la sustentabilidad  requiere que las acciones se decidan desde adentro, en forma autónoma.  Además lo que interesa hacer sustentable es la sociedad, no  necesariamente el llamado desarrollo.
La sustentabilidad exige que el uso de los bienes naturales ocurra  según la lógica de la naturaleza, o sea, hay que trabajar con ella y  no en su contra. Esto requiere a menudo una lógica distinta a la  lógica que prevalece en nuestro sistema, que atiende más a realidades  económicas o geopolíticas que a realidades ecológicas. Para realizar  este cambio de lógica, es necesario apoyarse en la sabiduría de la  naturaleza.
Condiciones básicas para la sustentabilidad.  Para encaminarse en el proceso de la sustentabilidad, una sociedad  debe buscar:

En lo ecológico:
Mantener la diversidad de ecosistemas, diversidad de especies y diversidad genética.
Mantener la permanencia y equilibrio dinámico de los ecosistemas.
Garantizar el funcionamiento adecuado de los ciclos ecológicos.
Adaptarse a los ritmos de la naturaleza.
Reaccionar adecuadamente a las características esenciales de la naturaleza.
Regirse por el criterio de mínima perturbación de la naturaleza.
Mantener niveles adecuados de austeridad.
Mantener niveles adecuados de calidad y disponibilidad de bienes como  el aire, el agua, el suelo, el clima y la energía.
En lo económico:
Generar riqueza en forma y cantidades adecuadas.
Redistribuir la riqueza.
Fomentar un intercambio equitativo de recursos entre los diferentes sectores sociales.
Hacer un uso eficiente de los recursos.
Aprovechar eficientemente los servicios ambientales.
Reducir la dependencia de recursos no renovables.
Descentralizar y diversificar la capacidad productiva.
Fortalecer la actividad económica equilibrada (producción y consumo),
a nivel local y regional.
Desafiar la globalización de la economía y promover su planetarización.
Luchar por la reducción de intercambios económicos internacionales.
En lo social:
Ejercer el ejercicio responsable de la libertad humana.
Adoptar valores que generen comportamientos armónicos con la naturaleza y entre los seres humanos.
Mantener un adecuado nivel de vida en la población.
Mantener niveles satisfactorios de educación, capacitación y concientización.
Garantizar una situación de equidad entre el hombre y la mujer.
Facilitar la creación y diversidad cultural.
Promover solidaridad entre personas y comunidades.
Garantizar espacios laborales dignos y estables.
Facilitar la inserción y reinserción laboral a los sectores discapacitados.
Combatir los procesos de empobrecimiento.
Facilitar la participación de niños, niñas y jóvenes en tareas y beneficios sociales.
Estabilizar los niveles de población.
Potenciar la organización de la sociedad civil y la participación ciudadana.
Promover el desarrollo de poderes locales.
En lo político
Desarrollar estructuras democráticas en las comunidades y regiones.
Empoderar comunidades y sectores vulnerables como niños, ancianos y mujeres.
Reducir la dependencia de municipios, países y regiones.
Redistribuir el poder económico y político.
Descentralizar la toma de decisiones.
Fomentar relaciones de solidaridad entre comunidades y regiones.
Buscar la desaparición de la cultura militarista. 
Establecer un marco jurídico que garantice el respeto a las personas y el ambiente.
Adoptar y respetar las convenciones internacionales.
Realizar planes municipales y nacionales integrales.
A nivel tecnológico y científico.
Reducir al mínimo las distancias entre la localización y el
procesamiento o uso de los recursos, así como entre la generación y el
procesamiento de los desechos.
Buscar localmente la satisfacción de necesidades.
Reducir las necesidades de transporte y promover medios de transporte no contaminante.
Ecologizar y socializar la ciencia y la tecnología.
Difundir ampliamente el saber y descentralizar el quehacer científico y tecnológico.
Promover la utilización de fuentes renovables de energía.
Desalentar el uso de tecnología dañina o peligrosa.
Promover tecnología que sea apropiable por sectores de escasos recursos económicos.
Recuperar saberes y quehaceres tecnológicos tradicionales.
Incrementar el flujo de información. 
  
 2.  En un segundo momento, analizaremos el siguiente texto:. Divorcio entre crecimiento y bienestar sostenible de Santiago Alvarez Cantalapiedra, para debatir cuando y por qué se produce el divorcio entre crecimiento y bienestar.

Cualquier duda me escriben,

Alberto